martes, 2 de diciembre de 2008

Ningún Aroma…

Ningún aroma más sutil que el de este invierno
Ha sido tan frió como el tiempo de esta carta que aun no he escrito
Invierno que llega por el derecho ganado en el tiempo
Tanto como la palabra ha ganado el derecho a bañar tu cuerpo
Del viento que no corre por ser tibio
Por ser nube o deseo
Por encontrar en el más tímido de los silencios
Acompañado del grito, porque te quiero
Dejando al tiempo que cumpla su efecto
Entre sollozos y miradas cómplices, cómplices carceleros.

Viento que ya no es tibio y ahora despierta al cuerpo
Mujer que está embriagada
Si culpa hay, jamás culparé al beso
Si es por amor, será por felicidad que hoy ya no tengo mi cuerpo
Se entrega a tu presencia y sin ti se entrega a tu recuerdo
Si culpa existe, fue un café el veneno.

Decir Nunca! Decir Jamás! Es cierto, es demasiado tiempo
Antes de haber mojado el alma vi a la hoja caer con el viento
Así tranquilo he nacido
Otra vez en invierno.
Amor sin muerte
Cubierta para los dolientes.

Confieso que no he vivido
Sin ti la espera ha sido del tiempo
Dolor que no es feliz
Hoy te descubro y me desespero
Por saberte ausente en mis brazos
Por saberte bella en otro templo
Si sentir este amor ya no basta
¿Qué hace entonces este caballero
A un costado del camino vaciando la mirada
Ansioso por saber del deseo?

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